Los cuadros más famosos de Frida Kahlo y dónde verlos

Frida Kahlo nunca pintó para complacer al mundo del arte. Pintó para sobrevivir. Cada lienzo es una entrada de diario, su desamor, su política, su dolor, su amor. Por eso los cuadros más famosos de Frida Kahlo no son sólo obras de arte, sino fragmentos de su vida cosidos con color, sangre y coraje. Entra en la Casa Azul y verás por qué estas obras la han sobrevivido y la han convertido en un icono.

Los 10 cuadros más famosos de Frida Kahlo

Las dos Fridas (1939)

Uno de los cuadros más famosos de Frida Kahlo, "Las dos Fridas", muestra dos versiones de ella misma sentadas una al lado de la otra, con las manos juntas. Una lleva un vestido de estilo europeo con un corazón sangrante expuesto. La otra, vestida con ropa tradicional mexicana, tiene el corazón intacto y sostiene un pequeño retrato de Diego Rivera. Pintado tras su divorcio, capta su identidad dividida, desgarrada entre el dolor personal y el orgullo cultural.

Dónde encontrar: Museo de Arte Moderno, Ciudad de México.

Autorretrato con collar de espinas y colibrí (1940)

En este impactante autorretrato, Frida lleva un collar hecho de espinas que se clavan en su piel, con un colibrí muerto colgando en el centro. Un gato negro y un mono revolotean cerca, símbolos de mala suerte y carga. Este cuadro refleja el dolor con el que vivía a diario, pero también su resistencia y desafío ante la pérdida.

Dónde encontrar: Centro Harry Ransom, Universidad de Texas en Austin.

La columna rota (1944)

Aquí, Kahlo se pinta a sí misma con el torso abierto, una columna desmoronándose en lugar de la columna vertebral, las uñas atravesándole la piel. Se trata de una de sus representaciones más impactantes del sufrimiento físico tras múltiples operaciones que no consiguieron aliviar su dolor de espalda. Es crudo, directo e inolvidable, un recordatorio de cómo convirtió el dolor en arte.

Dónde encontrar: Museo Dolores Olmedo, Ciudad de México.

El ciervo herido (1946)

Esta imagen surrealista muestra el rostro de Frida sobre el cuerpo de un ciervo, atravesado por flechas. Enmarcado en un bosque yermo, representa tanto sus luchas físicas como una sensación de destino inevitable. Creado tras otra operación fallida, es una de las expresiones más claras de su frustración por un cuerpo que nunca se curó.

Dónde encontrar: El cuadro forma parte de una colección privada de Ciudad de México.

Hospital Henry Ford (1932)

Pintada tras un aborto espontáneo en Detroit, esta obra muestra a Frida en la cama de un hospital, con el cuerpo sangrando y objetos simbólicos flotando a su alrededor. La imaginería, feto, caracol, instrumental médico, ilustra su dolor, pérdida y aislamiento durante uno de los periodos más duros de su vida.

Dónde encontrar: Museo Dolores Olmedo, Ciudad de México.

Autorretrato con el pelo recortado (1940)

Recién divorciada de Diego Rivera, Frida se cortó el pelo y se pintó con un traje de hombre, con las tijeras aún en la mano. Rechaza la versión de sí misma que Diego amaba, femenina, tradicional, de pelo largo, y en su lugar reclama su propia identidad. La letra de una canción mexicana en la parte superior refuerza su acto de rebeldía.

Dónde encontrar: Museo de Arte Moderno (MoMA), Nueva York.

Mi nacimiento (1932)

Este inquietante cuadro representa el momento del parto, la cabeza de Frida emergiendo del cuerpo de su madre. Es gráfico, inquietante y profundamente personal. Los estudiosos la consideran una expresión de su lucha contra la fertilidad y la muerte, temas recurrentes en sus obras más famosas.

Dónde encontrar: El cuadro pertenece a la colección privada de la Virgen.

Raíces (1943)

En Raíces, Frida yace en un suelo estéril con plantas que crecen de su cuerpo y cuyas raíces se extienden por la tierra. La imagen refleja su anhelo de fertilidad y su creencia en estar ligada a los ciclos de la vida y la naturaleza. Es símbolo de renacimiento, pero también de fragilidad.

Dónde encontrarlo: Colección privada, a menudo prestada a grandes exposiciones en todo el mundo.

Lo que el agua me dio (1938)

Este cuadro onírico muestra las piernas de Frida flotando en una bañera, con pequeñas escenas simbólicas, volcanes, rascacielos, esqueletos, que emergen en el agua. Es en parte memoria, en parte Fantasía, un diario visual de sus luchas personales y de su identidad mexicana. Una vez dijo que esta obra contenía "la historia de su vida".

Dónde encontrarlo: Museo Dolores Olmedo, Ciudad de México.

Viva la Vida (1954)

El último cuadro de Frida, "Viva la vida", es un sencillo bodegón de sandías con las palabras "Viva la vida" grabadas en la carne. Terminado apenas unos días antes de su muerte, refleja resiliencia hasta el final. A pesar de su dolor y de su débil salud, decidió dejar el mundo con una audaz afirmación de la vida misma.

Dónde encontrarlo: Museo Frida Kahlo (Casa Azul), Ciudad de México.

Murales y obras públicas de Frida Kahlo

A diferencia de Diego Rivera, célebre en todo el mundo por sus enormes murales, Frida Kahlo nunca pintó obras públicas a gran escala. Su arte era profundamente personal, creado en lienzos más pequeños que podían contener su dolor, su identidad y sus creencias políticas con íntimo detalle. Sin embargo, su influencia va mucho más allá del caballete.

Hoy encontrarás murales de Frida Kahlo en calles de todo el mundo, pintados por otros como tributo a su legado. De Ciudad de México a Los Ángeles, los muros públicos llevan su imagen, a menudo mostrándola con el traje tradicional de Tehuana, con monos, flores o lemas políticos relacionados con su activismo. Las exposiciones también recrean su arte en paneles de tamaño mural, llevando sus autorretratos y símbolos a espacios más amplios para el público de todo el mundo.

Aunque nunca realizó murales monumentales, la obra de Kahlo se convirtió en política de otras maneras. Piezas como Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos o El marxismo dará salud a los enfermos muestran su fusión del arte con el comentario sobre la sociedad, el nacionalismo y la resistencia. En muchos sentidos, sus pinturas se convirtieron en sus murales, compactos, simbólicos y lo bastante poderosos como para llenar muros sin necesidad de escala.

Consejos para visitar la Casa Azul

  • Cuando entras en la Casa Azul, no estás entrando en una galería llena de cientos de lienzos. Verás un puñado de cuadros originales de Frida Kahlo, como "Viva la vida (1954)", "Frida y la cesárea" y "Retrato de mi padre". La mayor parte de la casa está llena de su mundo personal, ropa, corsés, cartas, incluso su estudio con pinceles aún sobre la mesa.
  • Los guías no pueden entrar en la propia Casa Azul, por eso la mayoría de los tours te cuentan primero las historias del exterior. De ese modo, cuando pases por sus habitaciones, ya sabrás qué buscar: el espejo encima de su cama, la pierna ortopédica con la bota roja, los libros de Diego apilados en la biblioteca.
  • Las Entradas se agotan rápido, a veces con 7-10 días de antelación. Si viajas con fechas ajustadas, reserva con antelación o elige un tour que incluya Casa Azul con Coyoacán y Xochimilco. Esos paquetes cubren tu entrada, te explican la historia y te permiten pasar el resto del día vagando por el barrio de Frida y flotando por los canales que ella pintó en su día.
  • Puedes hacer fotos dentro de la Casa Azul, pero sólo si pagas una pequeña tasa de fotografía al entrar. Sin ella, el personal te parará en cada habitación.
  • Frida y Diego construyeron una pirámide en el patio para exponer esculturas prehispánicas. La mayoría de los visitantes pasan deprisa por delante, pero es uno de los rincones más simbólicos de la casa.
  • ¡No te saltes el Museo Anahuacalli! Muchos visitantes no se dan cuenta de que su entrada a la Casa Azul también puede cubrir el Museo Anahuacalli de Diego Rivera. Está a 15 minutos en coche y está lleno de arte prehispánico que él coleccionaba, una extensión de su mundo, y normalmente mucho menos concurrido.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es el cuadro más famoso de Frida Kahlo?

Las dos Fridas (1939) se considera su cuadro más famoso. Muestra dos versiones de sí misma, una vestida a la mexicana y otra a la europea, cogidas de la mano y con el corazón al descubierto. A menudo se considera un símbolo de su doble identidad y de su angustia tras separarse de Diego Rivera.

¿Cuántos cuadros creó?

Frida Kahlo pintó unas 150 obras a lo largo de su vida, la mayoría autorretratos y obras de pequeño formato. Cada una refleja sus experiencias personales, sus luchas por la salud y sus convicciones políticas.

¿Puedo ver cuadros originales de Frida Kahlo en la Casa Azul?

Sí, pero sólo a unos pocos elegidos. En la Casa Azul se exponen obras originales como Viva la Vida (1954), Frida y la cesárea y Retrato de mi padre. La mayor parte de lo que verás son sus objetos personales, bocetos, ropa y estudio, que dan un contexto más profundo a su arte.

¿Pintó Frida Kahlo murales?

No, Frida Kahlo no pintaba murales a gran escala como Diego Rivera. Su arte era íntimo, creado sobre lienzo o madera, y se centraba en su propia realidad. Hoy, sin embargo, existen murales de Frida Kahlo en todo el mundo, como homenajes pintados por otros, y las exposiciones presentan a menudo su obra en muestras de tamaño mural.

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